Un proceso de coaching consta de varias sesiones periódicas. Habitualmente entre 4 y 8 sesiones, con una periodicidad de entre 1 semana y 15 días.
En cada sesión el coach hace preguntas que estimulen a reflexionar, con el objetivo de que analices las situaciones, descubras nuevas posibilidades y emprendas un plan de acción para alcanzar la meta.
El rol del coach es acompañarte y facilitarte el desarrollo de tus potencialidades, ayudándote a superar resistencias que limitan tu accionar o te dificultan la concreción de tus objetivos.
El coach no indica soluciones, no señala el camino “correcto”, ni impone su particular modo de pensar.
El coaching parte de la idea de que la propia persona cuenta con todo lo necesario para alcanzar sus objetivos. El coach, mediante preguntas que te incitan a la reflexión, te ayuda a que te des cuenta de lo que no estás viendo. Te ayuda con “tus puntos de ceguera”, y es entonces cuando descubrirás otra forma de ver las cosas, y esto te aportará nuevas soluciones, que estaban ahí, pero que antes sencillamente no las veías, para conseguir el objetivo que pretendía.
El coach es un facilitador que te acompaña en el proceso de aprendizaje que te llevará a alcanzar los objetivos propuestos.
"El Coach es alguien que, provisto de distinciones y competencias que otra persona no posee, observa lo que ésta hace y detecta los obstáculos que interfieren en su desempeño, con el propósito de mostrarle lo que no ve, y conducirla a emprender las acciones que la lleven a alcanzar los niveles de desempeño a los que aspira"
Rafael Echeverría
